ESTRENOS DE CINE: «Venganza Silenciosa», de John Woo (2023) . Por MAXIMILIANO CURCIO

CON SABOR A NOSTALGIA DE VIDEOCLUB

★★

La nueva película de John Woo renueva la cartelera local y representa su regreso al cine de habla inglesa desde “Paycheck” (2023). Dos décadas exactas transcurrieron para poder volver a disfrutar de un producto made in Hollywood con la firma de un director clave para el cine de acción oriental moderno. Un otrora brutal fenómeno de taquilla de los años ’90, quien, a sus 77 años de edad, ha sabido envejecer y mantenerse en activo. Y aunque “Venganza Silenciosa” no sea una obra maestra ni mucho menos, ¿cuántos cineastas nóveles desearían filmar un par de planos como lo hace John Woo aquí?

Gracias a éxitos como “Hard Target” (2003), “Contracara” (1997) e incluso su personalísima entrega de “Misión Imposible II” (2000), John Woo ha patentado una forma artesanal de concebir el arte cinematográfico. Su importancia capital en el cine de acción moderno resulta, francamente, innegable, habiendo influenciado ejemplares contemporáneos como la saga “John Wick”. Creador de un lenguaje propio y paciente hacedor de una espectacular violencia, el director de “Hardboiled” (1992) nos trae aquí una premisa muy cercana a “El Vengador Anónimo”, el recordado clásico de J. Lee Thompson. Apenas un par de movimientos de cámara y angulaciones nos bastan para percatarnos que estamos en presencia de un cineasta que no deja detalle librado al azar.

Protagonizada por el sueco Joel Kinnemann, el film echa mano de una anécdota argumental (la incapacidad de habla de su protagonista, producto de una tragedia personal) que sirve como perfecto disparador para sentar sus bases conceptuales: a lo largo de casi ciento diez minutos escasearán por completo los diálogos. Por obvias razones, el poder de una imagen pasará a tomar control total de la escena, en pos de validar su mensaje de hondo calibre emocional. Es por ello que recortes de diario y mensajes de texto nos sirven como guía informativa. En adición, los planos deberán hablar por sí solos. En tal sentido, resulta hábil el trabajo de un intérprete probado en la materia, capaz de transmitir la impotencia y la rabia desbordante en un hombre común y corriente, convertido en forzado ángel de la muerte, para vengar a su hijo, fallecido en terribles circunstancias.

Conformando un aspecto destacado dentro de un largometraje de perfecto acabado visual, y marca de fábrica del director, “Venganza Silenciosa” sabe hacer de sus herramientas visuales elementos que potencian su aspecto de mayor oscuridad y virulencia. Sin elemento navideño alguno a la vista más que la época del año que la emplaza y en el lapso cronológico que tardará en cumplirse la misión, un padre afligido por el duelo de su familia emprenderá una inmisericorde matanza, poniendo en marcha una auténtica trituradora de peligrosas bandas de hampones que el bueno de Woo ilustrará con sus habituales planos secuencia, montaje vertiginoso y efectos ralentizados.

Esta leyenda viviente del género de acción es alguien que sabe cuidar las formas estéticas, y hace lo propio en la presente ocasión, extendiéndose en enfrentamientos cuerpo a cuerpo de buen nivel coreográfico y haciendo colisionar coches costosos en medio de vibrantes escenas de persecución. Más prontamente, la pantalla se tiñe de sangre y cuotas de humor negro, sumado a la omnipresente banda sonora de Marco Berltrami. En tiempos de vacuo cine de acción de super héroes en formato digital, Woo remarca sus intenciones con concebida para fans incondicionales, si bien a su desarrollo, y víctima de sus propios excesos, acabará empantanándose en una irremediable irregularidad, distante de un comienzo que parece destinado a cine de auténtico culto.

Llamativamente, cabe observar, un autor que pretende que conectemos emocionalmente con el atribulado personaje principal, destinará un total de cincuenta minutos iniciales (la exacta mitad del metraje) a una meticulosa preparación de la venganza; lapso de tiempo que, para los estándares vertiginosos del cine actual resulta sorprendente y un tanto excesivo. El contraste de tono no favorece, en absoluto, al saldo final de un film que hacia su desenlace se vuelve paródico, melodramático, burdo y sumamente desparejo.

Como atributo de irregular naturaleza a su ya desdibujada identidad, fuera de tono lucen las problemáticas étnicas y culturales que un polémico Woo utiliza para justificar la vendetta dura y pura que el personaje principal ha emprendido, victimizando a una serie de masacrados latinos tatuados que se interponen en el camino de quien todo a su alrededor es capaz de arrasar, y solo por su irrefrenable sed de justicia. Nos preguntamos si hacía falta semejante nivel de encasillamiento. Extrañamente, en los créditos finales, una gran cantidad de apellidos de origen latino se asumen como colaboradores de este producto. Llamativa paradoja…

“Venganza Silenciosa” acaba luciendo como un film ciclotímico, rodado por un director que muestra eximias dotes visuales de gran inventiva y, a la vez, una torpeza exasperante para resolver los dilemas argumentales que plantea. En suma, altas dosis de adrenalina no alcanzan para atenuar los efectos nocivos de un ejemplar que hace del cliché su carne de cañón.

ACERCA DEL AUTOR

Maximiliano Curcio nació en La Plata, en 1983. Es periodista cultural, escritor, docente, columnista radial y productor de contenidos. Es director de la Revista Cultural Siete Artes, y desde el año 2004 ha colaborado con numerosos medios digitales y publicado más de treinta libros.

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