RESEÑA DEL LIBRO: “EL ASOMBRO SE PARECE A UNA FOTOGRAFIA”, de Maximiliano Curcio. Por José Luis Ortiz Güell

Hoy en día la fotografía se afirma como un modo de expresión, de comunicación y de información. Aparece en todas partes, en diarios, en revistas, en publicidades, en Apps. También es una forma de registrar los recuerdos emotivos de acontecimientos íntimos, ilustrando la propia historia a través del álbum familiar y una forma de evocar emociones. La fotografía se ha vuelto plural, es un testimonio periodístico o artístico y es también una práctica social muy popular que se ha ganado un lugar en los museos y es considerada un “arte” pese a la larga polémica al respecto que data desde su nacimiento mismo.

En la actualidad, no puede ser considerada una reproducción de la naturaleza, un espejo de lo real, por el contrario, la fotografía es un lenguaje estructurado en sus formas y significados, enriquecida por su propia historia. La noción de autor se impone, a través de un discurso estético, y en los mensajes que hay que decodificar para interpretarla. Eso es la obra de Maximiliano Curcio, “El asombro se parece a una Fotografía”, un libro en el que muestra su gran trabajo fotográfico. Un trabajo que recorre esas hermosas tierras argentinas con imágenes que entran por la retina y que hablan de emoción.

Consigue el autor transformar las imágenes en palabras no escritas, pero si sentidas, emociones que brotan en el silencio. Un libro que augura tener una gran notoriedad, convirtiéndose en un verdadero manifiesto de cultura en el  «siglo de la imagen», donde empieza a imponerse una literatura visual que enlaza divulgación y sofisticación, y que replica, tanto a los corsés teóricos de la época como a las narraciones historicistas.

Una edición que, sin ser estrictamente rigurosa, será decisiva en la formación de una manera de mirar el mundo durante el siglo XXI. Libro entre libros que se alejan de los cenáculos académicos o especializados y que surgieron de poéticas personales, a veces desde enfoques inoportunos, pero que alcanzan su meta que hablar de la emoción y el sentimiento. «El asombro se parece a una fotografía» es un libro más que recomendable y que no puede faltar en la biblioteca de cualquier persona que ame la literatura, el arte y la excelencia de una obra fotográfica bien trabajada.

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