Una introducción centrada sobre todo en el arte occidental y que aborda muchos de los movimientos, estilos y aportes más importantes del arte desde la prehistoria hasta la actualidad. Se brindan análisis de algunas de las obras artísticas más importantes producidas por los creadores más revolucionarios y se ocupa de muchos de los temas, materiales y métodos de los artistas. Se explora una gran variedad de invenciones, ideas, influencias y enfoques de artistas de todas las épocas. Una nueva e innovadora introducción, por tanto, a la cuestión del arte. Se analizan cincuenta obras clave, desde las pinturas rupestres de Lascaux hasta las instalaciones contemporáneas, y se relacionan con los movimientos, los temas y las técnicas más importantes del arte.

EL MITO DEL ESLABÓN PERDIDO

Movimientos, temáticas, épocas, corrientes y estilos: una radiografía pormenorizada a la historia del arte, resignificando todo aquello que está oculto bajo los sentidos del tiempo y que la mirada personal de la autora tamiza. En la aguda observación de Susie Hodge, el acto creativo se convierte en un imprescindible instrumento para exteriorizar su mirada del mundo, a menudo derribando moldes sociales anquilosados y mandatos culturales impuestos. “Breve Historia del Arte” teoriza acerca de los diferentes paradigmas, técnicas y procesos existentes, con absoluta calidad y sensibilidad.

Desde las primeras figuraciones del arte primitivo, el hombre buscó dejar testimonio a través de su capacidad plástica, prolongando en el tiempo la huella de su paso por este plano. En esta continua manifestación, cíclica e indetenible, el artista persiguió la mejor versión de sí: podemos verificarlo en la Edad Media, en el Renacimiento, en el Modernismo y en las nuevas olas del siglo XX. De esta forma, Hodge vincula a referentes máximos de la cultura universal y el perenne compromiso con su obra; dueños de una mirada dirigida hacia el futuro y al tiempo anclada en la realidad circundante -eje vital que conforma el paradigma que todo artista aspira a cumplir-.  Colocando al servicio de su arte la reflexión sobre aquello que acontece a su alrededor y lo conmueve, invariablemente, cada artista dialoga con el hombre de su tiempo construyendo su propia cosmovisión.

La percepción personal nace a partir de tal incentivo, a través de un impulso desconocido. Indefectiblemente, el espectador completará esa mirada antes esgrimida. Y bajo su propio eco personal, la propia subjetividad del arte se manifestará, en la imperiosa retroalimentación entre el espectador y su productor, buscando la interpretación de aquello que dio seminal origen a la obra. Este ecléctico recorrido a través de las más diversas coordenadas geográficas y sociales, explorará en los procesos artísticos que conectan la visión artística interna de aquello que la sociedad de su tiempo concibe como ‘realidad’. Se convierte el artista, inconscientemente, en esa antena perceptiva, que sabe interpretar procesos, modas y tendencias; que puede, aun sin saberlo, predecir circunstancias históricas y políticas. Debe captar el espíritu de su época y testimoniar al hombre de su era.

La historia del arte y sus diversas teorías han formulado un sinnúmero de interrogantes al respecto: ¿Existe el minuto cero de la historia en el trayecto personal de un artista? ¿Qué lo conmueve e influye? ¿Qué condimentos propios coloca a su obra? Afortunadamente, el arte no sabe de absolutismos. Con un lenguaje accesible y una erudición probada, la historiadora británica hace hincapié en el acto creativo que decodifica la realidad circundante y se convierte en el espejo de ella, reflejando tantas miradas como puntos de vista posibles existen sobre el hecho en cuestión. Cada artista posee dicha cualidad pluralista de un modo intrínseca a su ser: una memoria colectiva embrionaria que porta significados y traza nexos. Rastreable desde las imágenes que rodeaban el hábitat del hombre primitivo hasta el vértigo transformador de la ciudad que alberga al hombre contemporáneo.

Esta introducción enciclopédica, utilitaria guía de bolsillo que revisita tanto técnicas y materiales como obras y épocas en igual esenciales, se enfoca en teorizar la trascendencia del arte occidental a través de los tiempos, rescatando la pertinencia de cada individuo creador como un pasaje y una culminación de una historia que se desarrolla, que lo antecede y precede. Concibiéndolo como un ser imprescindible que es un instrumento, canalizador y actor cultural valioso en concretizar aspectos de un relato que lo involucra como intérprete. Ciclo atávico que se repite, se nutre y recrea, en la medida que el artista está en el mundo e interactúa con sus semejantes.