RESEÑAS DE LIBROS – Volver al mar y otros cuentos, de Lidia Nicolai

Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 2013, 126 páginas

Abismos oceánicos

Por Rose Marie Guarino, Licenciada en Crítica de Artes

El título de un famoso cuadro de Gauguin recrea las preguntas sin respuesta que plantean los grandes misterios humanos: ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos? Con una prosa fresca, fluida, espontánea, salpicada de diálogos que brotan como los manantiales de las rocas, Lidia Nicolai nos adentra, cuento tras cuento, ola tras ola, en estos cuestionamientos punzantes, abisales.

Orígenes y oráculos, podríamos decir, son los hilos conductores que hilvanan los quince cuentos de este libro, colores complementarios que los tiñen de misterio. Todos ellos están fechados al pie, como se fecha una carta o una entrada de diario, pero de manera invertida: estas fechas no abren el texto sino que lo cierran, como una marca que lo devuelve al principio, todo vuelve al mar, a “Las raíces”, nombre del cuento que abre la serie. Bucean hacia el punto oscuro en el que se intersecan ciencia, arte y religión.

Transliterar significa representar los signos de un sistema de escritura mediante los signos de otro. Ésta es la operación que prima en Volver al mar…, de manera explícita y concreta en «Kapí», pero con muchas otras variantes metafóricas, que incluyen representar las gramáticas de ciertos lenguajes artísticos con la de la escritura o representar los signos de una temporalidad con aquellos de otra, en un intento de transcripción entre pasado, presente y futuro. Pero, como se desprende de la lectura de «Kapí», en las transliteraciones siempre se produce algo nuevo, inesperado, que sorprende.

Así sucede aquí cuando se vuelve al principio: no se repite lo mismo, como cuando se camina en círculos, sino que se produce un torcimiento en espiral. Este Volver al mar… convoca un oráculo que, en vez de predestinar un futuro, modifica la lectura de un pasado y, de este modo, produce un oleaje extraño cuya rompiente se encuentra en el presente. Vale la pena detenerse en el epígrafe de Paul Éluard: “Hay otros mundos pero están en éste”. Lidia Nicolai, que también muestra su impronta de artista visual, pesca con mano hábil esos otros mundos, los ilumina y los expone, boqueantes, en la orilla.

Dentro de este libro hay otro libro: «El libro», un libro que aletea sobre una falda verde y entonces “…me dejé cautivar por los labios de la mujer: se movían al paso de las hojas como una mariposa roja aleteando sobre un campo verde vivo.”; Volver al mar… se abre en abismo, aletea y quien lo lee despliega también sus alas como una mariposa roja sobre un campo verde vivo.

Palabras de la escritora Alicia Dujovne Ortiz en la contratapa del libro:

“Roger Caillois, el « inventor » de Borges según lo que éste mismo afirmaba con su ironia habitual, decía que la literatura fantástica argentina surge de la brusca irrupción  de un mundo en el otro. No hay definición mas atinada para describir estos cuentos en los que el misterio desgarra súbitamente la superficie de una realidad en apariencia lisa, valiéndose   de un hecho inesperado, de un libro en el que se escribe la historia de su lector, de una determinada actitud del cuerpo que permite descubrir en el espejo imágenes premonitorias. La ambigüedad reina, la locura es a la vez percepción de universos distintos, a veces amenazantes, otras benéficos, siempre aterradores porque provienen de ese otro lugar que no queremos ver. Temas tradicionales como el del doble o el del personaje que se libera para manipular a su autor son tratados aquí con un humor, una economía de medios y una escritura justa y precisa que convierten a estos relatos en excelentes expresiones del género».             

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