UNA VENTANA AL PSICOANÁLISIS: Artistas al Diván, segunda parte. Por ERIN BAKER

Leemos obras literarias, admiramos obras de arte, y si bien se ha combatido mucho a lo largo del siglo XX la idea de involucrar al autor en su obra ¿qué tanto hay de él en ella? ¿Es realmente posible desvincular al autor de su creación? ¿No es acaso esta el producto final de un proceso mental? Quizás muchas veces, o la mayoría de ellas sólo nos detenemos a deleitarnos con una obra, a venerarla o criticarla pero ¿Alguna vez se han puesto a pensar que dicha obra es la materialización de lo que hay dentro de la mente del artista?

Hoy les propongo llevar a los máximos iconos de las artes al diván y descubrir los aspectos psicológicos del artista que se esconden en sus obras.

“ La Gioconda”

La sonrisa de “La Gioconda”: En este famoso cuadro Leonardo nos propone un desafío visual que no cualquiera puede lograr. Mediante la técnica del sfumato genera una ilusión óptica en la que si el espectador centra su atención en los detalles de los labios dicha sonrisa desaparece, mientras que al abrir el campo visual esta vuelve a aparecer.

Según Freud, Leonardo manifestaba un vínculo infantil muy intrínseco con esta pintura, puesto que la mirada y la sonrisa de La Gioconda representan recuerdos del rostro de su madre, por quien padecía un marcado complejo de Edipo, la orientación sexual del pintor-profundamente reprimida- y la consecuente depresión que este padecía, dejando ver de este modo que lo que en apariencia puede parecer una sonrisa, en realidad puede no serlo si uno logra ver lo que ella esconde.

Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci fue una obra editada por Sigmund Freud en 1910. Allí, se aplican los métodos del psicoanálisis clínico al estudio biográfico de personajes históricos, enésimo abordaje del padre del Psicoanálisis al cuerpo de obra del artista renacentista.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.