Óleo sobre lienzo 

Medidas: 205 x 122

Autor: Gustave Moreau (1826-1898)

Cuenta la leyenda que Prometeo había creado a los primeros hombres con arcilla y les había proporcionado el fuego. Este asunto enfureció a Júpiter que lo condenó a permanecer atado en el Cáucaso por Vulcano y ser torturado por un águila, la cual devoraría el hígado, que cada noche volvería a crecerle, cuestión esta que hacía interminable su pesar.

La pintura que hoy les presento evoca esta historia. Aquí podemos ver al joven Prometeo con su cabeza representando a la de Cristo, algo usual en las telas de Moreau. La composición vertical realza a la figura humana bañándola de una luz que destaca tanto la anatomía como ciertos músculos en tensión.

El paisaje que vemos al fondo es la representación de carácter simbolista de un lejano pueblo y de un extraño cielo. El pintor sustituye en este trabajo al águila, y en su lugar coloca un buitre por considerarlo un ave carroñera que corresponde más al relato mítico.

Moreau culminaría su carrera artística envuelto en críticas maliciosas acerca de su incansable adicción al opio.

En el año 1895 convierte su casa de tres niveles en un museo.

Gustave Moreau fallece en París, Francia un 18 de abril de 1898 a los 72 años.