X-NO: «Thriller, a Cruel Picture» (1973, Bo Arne Vibenius). Por MAXIMILIANO CURCIO

SIN PIEDAD NI CENSURA

Escrita y dirigida por Bo Arne Vibenius, el mismo de la corrosiva “Breaking Point” (1975), “Thriller, a Real Picture” constituye ese tipo de extrañas gemas difíciles de olvidar. Nos genera una verdadera inmediatez la tensión emocional que sobreviene a lo largo de sus ciento diez minutos de duración. Esta obra de culto, que ha pasado a engrosar la lista de films malditos para la historia del celuloide, está protagonizada por Christina Lindberg, una despampanante modelo sueca, estrella del porno blando y tapa de revista de adultos que fuera lanzada al estrellato siendo apenas una adolescente. Los tiempos cambian…la presente película hoy sería imposible de filmar.

Una agresión sexual sufrida de pequeña marcará el trauma de la ficción que se desarrolla ante nuestra atenta mirada. Poco a poco, comprobamos que el relato está plagado de escenas de violencia e imágenes de sexo sórdido rodadas por dobles de cuerpo. Fantasías sexuales cobran vida del modo más retorcido, y las secuencias que vemos aquí no pueden ser más desagradables. El sexo no es consensuado y con eso alcanza para encender el debate. El director busca horrorizarnos, escandalizarnos. ¿Justifica el fin los medios?. «Thriller…» aspira a socavar nuestros deseos, a comprometernos moralmente con la maltrecha joven. Y lo consigue. Por el borde del asiento se desliza el aspecto más libidinoso de una obra que cobra magnitud de denuncia: el fantasma del abuso corre el velo de lo indeseable.

No hay sexo en la siguiente escena pero nos pone los pelos de punta: el bisturí que se clava en el ojo era real, también el cadáver utilizado para el tremendo desgarramiento ocular. Explotación elevada a la máxima potencia. Espíritus sensibles, ¡abstenerse! La estética de la violencia hace que, por momentos, veamos aquí a Quentin Tarantino en pañales. De hecho, Quentin se nutrió del presente film para la grandiosa “Kill Bill” (2004), en un homenaje más que declarado. La venganza es un plato que se sirve frío, dicen. La muchacha de armas tomar acribilla en cámara lenta a sus victimarios. Una mirada inventiva vehiculiza la violencia gráfica que aquí se torna ley. La brutalidad cobra pérfida belleza, brotan chorros de sangre. En igual medida, el metraje dilapida sexo hardcore abatido por munición gruesa.

United Producers se hizo cargo del proyecto y enmascaró el estreno bajo las etiquetas del thriller erótico. Polémica y prohibida en diversos países, se incluyen breves pero contundentes fragmentos de penetración real. Con ello, el film capitaliza el libertinaje sexual de la Suecia de los ’70. Hay órganos sexuales mostrados en clarísimo primer plano y fantasías por cumplirse que van desde las experiencias lésbicas al sexo anal, pasando por el creampie. Un diccionario de obscenidades. Como llamativo dato de color, la historia cuenta que una enorme póliza de seguro contratada antes de comenzar el rodaje (por parte de la producción) nos hace pensar, probablemente, que más de uno esperaba que algún compañero de rodaje muriera durante la filmación. «Thriller, A Cruel Picture» es un inclasificable mito del séptimo arte.

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