ADRIANA TURSI es dramaturga, guionista de televisión y docente. Es miembro del Consejo Profesional de Teatro de Sociedad General de Autores de Argentina. Como dramaturga obtuvo diversas distinciones. Varias de sus obras fueron traducida y publicada en el extranjero. Como guionista trabajó para la televisión Argentina, México y televisión Azteca. Fue docente de la Cátedra de Guion I. en la Universidad de Buenos Aires. UBA. Secretaria Académica y Directora de la Carrera de Arte Dramático de la Universidad del Salvador Actualmente es profesora de dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de la ciudad de Mar del Plata. Integra la Fundación Carlos Somigliana (SOMI), dedicada al estímulo del autor teatral y que en la actualidad conduce la programación artística del Teatro del Pueblo.

–Adriana, te formaste en los talleres de los maestros Ricardo Monti y Mauricio Kartun. ¿Qué representan para vos estos dos magnos referentes de nuestro ámbito teatral?

Comencé a escribir teatro con Ricardo Monti, llegué a su taller sin saber nada del oficio y me quedé trabajando con durante más de 15 años, en los últimos años iba para supervisar materiales, compartir charlas con él. Supongo que lo hacía porque me interesaba  descubrir el proceso que íbamos haciendo y esto está vinculado a mi interés por enseñar dramaturgia. Todo ese camino lo construí con él, que fue un ser extraordinario, culto, sensible. Con Kartun fui porque yo tenía tiempos muy largos en mi proceso de escritura y en un momento me ganó la ansiedad y quise acortar esos plazos.  Kartun fue alumno de Monti, así que fue fantástico porque, respetando el trabajo sobre la potencia que la imagen tiene como generadora de material dramático, me obligó a pensar lo que él nombraba como “esquema dinámico”, que era un mapa posible de ruta.  Eso hacía que me volcara a trabajar con una intuición de final,  de hacia dónde iba la obra, más allá que luego en medio de ese proceso parte del camino se modificara. Y fue Mauricio el primero en hablarme de Argentores (Sociedad General de Autores de Argentina) que es quien  gestiona y  defiende los derechos autorales, y la importancia de acércame a la entidad. Hoy soy dirigente de Argentores, formo parte del Consejo Profesional de Teatro.

-Como dramaturga utilizás el pasado como un disparador para hablar del presente. ¿Cuán vital y necesaria resulta la herramienta teatral para reflexionar acerca de nuestra historia?

 El teatro para mí es un espacio donde el drama se actualiza y  es interpelado bajo el signo de la época. En el  fragmento  que elijo  estoy  haciendo un recorte, intento traer el pasado para abrir un dialogo con el presente. El teatro para mi es ese espacio dónde pasado y futuro se unen bajo una interpelación. Hablo de  futuro, porque en el planteo hay un anhelo que llama a re-pensarnos. La historia argentina es muy interesante, está plagada de conflictos. Y por otro lado, la historia argentina fue  contada por varones, y las mujeres tuvieron  muy poco espacio, o lugares  que las acercaran a la acción central. Así que trato de mirar la historia desde otra perspectiva,  preguntándome qué fue lo que hicieron aquellas mujeres que nos antecedieron, con que conflictos tuvieron que lidiar;  observando si se repiten esos conflictos hoy en el siglo XXI, si seguimos padeciendo algo de aquello, y si lo seguimos padeciendo, de qué modo lo padecemos. Esta última pregunta es la que actualiza la historia a trabajar. Es importante la actualización, porque si no la historia nos queda lejana, es una historia que no nos interpela y si no nos interpela, es pura anécdota.

-Existen cuestiones atávicas, eternas, que atraviesan la obra teatral. Los celos, la muerte, la esperanza, el odio, son temáticas de tu interés. ¿Es la condición humana una incógnita permanente que intentamos descifrar a través de la escritura?

Son los grandes temas de la literatura universal los que acabas de  nombrar. En mis obras creo que lo que está presente son los celos. Eso que el otro tiene y yo quiero alcanzar para mí, sea lo que sea eso otro: amor, un lugar, una vida mejor, un mejor destino. Parece ser que hay un otro poseedor de eso que anhelo;  y que para obtenerlo tendré que vérmelas con él. No toda mi dramaturgia se resume a esto que digo, pero al menos alcanza a gran parte de lo que escribo.

-Tu dramaturgia histórica elige abordar una serie de personajes femeninos. ¿Quiénes son ellas y de qué manera tus recreaciones ficcionales cuestionan los conceptos instaurados por una sociedad patriarcal?

Hay momentos fundantes de nuestra historia donde las mujeres tuvieron un rol central, es el caso de la historia que cuento en la obra «La patria al hombro”. El proyecto educativo que hoy conocemos en nuestro país, fue pensado por Sarmiento, pero llevado adelante por  un grupo de maestras norteamericanas junto a argentinas. Fueron esas mujeres la que le pusieron el cuerpo a ese proyecto.  Así que si Sarmiento fue el padre de la educación en nuestro país, esas mujeres fueron las madres. En el caso de  “Remedios , una mujer sin patria”,  me interesó trabajar a Remedios de Escalada,  esposa de San Martin y  el vínculo entre ellos dos;  como una  niña de 14 años emprendía una vida en matrimonio sin estar preparada para esa realidad y como tuvo que padecer  esa decisión.

-Publicaste el libro “La Patria al Hombro”, con prólogo de Pacho O’Donnell. Tres de las cuatro obras incluidas allí se encuentran actualmente en la cartelera porteña. ¿Qué podés contarnos acerca de cada una de ellas?

 El libro contiene: La patria al hombro, Remedios, una mujer sin patria, Los sirvientes y Las costureras. Las cuatro obras hablan de una parte de la historia argentina: En el caso de la obra Las costureras, esas mujeres son las que le hacen la ropa a Eva Duarte de Perón; en un primer momento para ellas la figura de Evita es solo la de una actriz que llego a convertirse en la mujer del presidente de la nación. A lo largo de la obra ella van descubriendo la importancia histórica que tiene para ellas  esta mujer,  el derecho al voto viene de la mano de Evita. Y me parece que también Evita va descubriendo toda su potencia en la medida que recorre su camino político. En la obra Los sirvientes, tomo el gobierno de Isabel Perón; la obra va desde el día que  el General Perón muere hasta la caída del gobierno de Isabel. Lo que en la obra se juega es como fueron esos días desde la mirada de los sirvientes que trabajaban en la quinta presidencial. Como vivieron ellos el devenir de la tragedia, no solo por la muerte de Perón sino por la llegada del proceso militar. A estas obras se les suma Remedios, una mujer sin patria, y  La patria al hombro. Es un libro sobre una parte de nuestra historia. Y donde las mujeres tienen una acción central.  

Obras de Adriana Tursi que podés disfrutar en la cartelera porteña:

“Remedios una mujer sin patria”, es este viaje intimista y privado, Remedios de Escalada está a punto de partir de Cuyo y será la despedida definitiva con su esposo, el general San Martín. El viento Cuyano, el galope de los caballos, el transitar de las tropas, el avance enemigo, y Remedios sumergida en este sueño de polvareda se prepara para viajar hacia su destino final. Dirección Corina Fiorillo. Teatro Itaca. Humahuaca 4027

“La Patria al hombro”,  una estampa delirante sobre la argentinidad con sus miserias, contradicciones y encantos. A una Argentina incipiente, donde todo se está creando, llegan las maestras del norte de América que Sarmiento convocó para implantar la Ley de Educación Nacional 1.420. Frente a una iglesia enardecida, un pueblo que las demoniza, Fondos que no llegan de Buenos Aires, y peleas por el poder dos maestras deberán ponerse La Patria al hombro. Dirección Tatiana Santana. Teatro del Pueblo.

“Partido Homenaje”, la obra de Tursi utiliza un partido de fútbol homenaje como disparador para hablar de la vida amorosa del  Tata Castiñeira (un personaje) y de la realidad política del país. Dirección Leopoldo Minotti.Teatro El Jufré.