Por Maximiliano Curcio

A treinta y dos años del lanzamiento de su álbum debut, “Let Love Rule” (1989), en Lenny Kravitz las canciones parecieran luchar por mantenerse fieles a la suma de sus partes: el idealismo es el sello autoral de una voz que se alza inconforme contra los tiempos que corren. El talentoso músico pronuncia su mensaje altruista en una suerte de amuleto sónico del que se sirve, echando mano a su inoxidable estilo. En ese terreno, ya transitado en gran parte de su obra, cada canción posee su distinguible marca indeleble que encuentra eco en la etapa de madurez del artista. Pueden acaso, las páginas de su libro de memorias recientemente editado, validar tales credenciales conceptuales y estéticas. Durante las últimas tres décadas, la música de Kravitz no ha cesado en denunciar los pesares del mundo sin renunciar a las melodías pegadizas. Encomiable es la nobleza y consecuencia que destila su obra, la seriedad y la sensibilidad que su mensaje pregona, bajo dosis de rock, funk y soul como vehículo para letras de amor, esperanza y resistencia. Adentrémonos en la infancia, la adolescencia y la juventud de Lenny, para comprender las claves que gestaron a uno de los mitos de la música contemporánea.

Por Jimena Coltrinari

Quiero recomendarles la lectura del libro de memorias del maravilloso cantautor, compositor, productor discográfico y actor Lenny Kravitz, publicado bajo el título Let Love Rule (2020), homónimo de su primer disco de estudio. En Argentina, lo distribuye Kultrum Libros.

En primera persona, Lenny recupera, con lujo de detalles, su apasionante historia de vida multicultural, hasta sus 25 años (hoy tiene 56). La familia, la amistad, el amor, sus lugares en el mundo (Manhattan, Brooklyn, las Bahamas, Los Ángeles), su vínculo con Dios y la espiritualidad, su incursión en terrenos teatrales, su ligazón con el mundo televisivo, y, especialmente, su fascinante lazo con la música son los ejes principales que atraviesan esta imperdible obra de casi 300 páginas, que promete continuar. 

La incansable búsqueda de su identidad artística es realmente inspiradora, altamente emotiva. Siempre fiel a sus ideales, concibió un estilo propio a base de talento, sensibilidad, autenticidad y perseverancia. Su voz y sus composiciones destacan fuertemente en la escena musical. 

Lenny brilla con luz propia, siempre siguiendo las reglas del amor. Espero con ansiedad la próxima entrega de las memorias de este artista que nunca deja de cautivarme. Y, por supuesto, su regreso a los escenarios.