Autor:  Ramón Gómez Cornet   (1898-1964)

Óleo sobre lienzo (64 x 52) – Colección Privada

R.G.Cornet fue un pintor Argentino nacido en la provincia de Sgo.del Estero. De familia acomodada económicamente, tuvo acceso durante su juventud a realizar viajes por Europa (1918) y de esta manera interiorizarse de los nuevos movimientos artísticos de esa época. Estamos refiriéndonos al Cubismo, Dada, Futurismo, al comienzo de la abstracción geométrica y a varios “ismos” mas que buscaban su lugar en las nuevas expresiones artísticas hacia finales de la Primera Guerra Mundial.

Este autorretrato lo realiza luego de su regreso como canciller Argentino en España, tiempos en los que ejercía tareas de profesor de Educación Física y Estética en el colegio Mariano Moreno de la ciudad de Buenos Aires. Año este también en el cual realiza su primera exposición individual.

Esta pintura es el ejemplo perfecto de las influencias y los aprendizajes que el maestro traería de su recorrido Europeo. 

Si incluimos esta obra dentro del contexto artístico que imperaba en Buenos Aires en la década del ´20 no nos será difícil imaginar ciertos “sacudones” dentro de la crítica especializada y también alrededor del ambiente artístico y público.

Autorretrato sumamente referencial y simbólico de un momento muy especial dentro de la pintura moderna en los albores de 1920. Esta composición y estos colores serían un breve momento dentro de la carrera del pintor, que luego se internaría en caminos distantes y antagónicos al de este estilo. Paleta vibrante, plagada de valores saturados. Aquí R.G.Cornet enmarca las zonas de color con trazos negros que nos permiten valorizar el intenso significado de cada espacio.

Quizás sea este un autorretrato del autor recién amanecido, o a punto de irse a dormir. El empapelado y la noche tras la ventana enrejada así parece indicarlo. ¿Y porqué no de mañana muy temprano? ¿Tiene puesta una camisa o una prenda de dormir?

Por supuesto que toda nuestra atención está centrada en los ojos de la figura. Simbología que nos crea más interrogantes que certezas. No se preocupen por esto. Aquí todo es “ad libitum”. Muchos pintores se divertían y aún lo siguen haciendo dejándonos acertijos que ellos tampoco pueden develar.